José Manuel Tomé ostenta un dudoso honor: es la única persona en España con 22 denuncias por violencia de género “falsas”. Cada una de ellas supera en horror a la anterior: amenazas, maltrato psicológico, agresión, abuso sexual de una de sus hijas… Este hombre, que saltó a la palestra mediática a principios de este mes al exigir a la Junta de Extremadura “justicia real” ante un caso que dura ya cinco años, asegura que las denuncias presentadas por su ex mujer tienen “la única finalidad de apartarme de mis hijas”.
Una situación que ha llevado a este pensionista a “estar en el calabozo todo un fin de semana”, a “no” ser persona, a renunciar a sus dos hijas durante un tiempo y a consumir 14 pastillas diarias. El debate sobre la violencia machista ha dado un giro peligroso en los últimos meses: cada vez son más los españoles que opinan que “la mayoría de las mujeres ponen denuncias falsas” (hasta un 20%, según una muestra del Ministerio de Igualdad).
El caso de Tomé no es excepcional, como muestra la lucha emprendida por el juez Francisco Serrano -que ya relató este diario- para que las mujeres que quieran divorciarse no usen las ventajas que les ofrece la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género para beneficiarse o chantajear sus ex parejas. Jueces, periodistas, policías judiciales, “hasta diputados y senadores de muy alto nivel me han dado la razón cuando les he dicho que esta ley es inconstitucional y discriminatoria”, señaló en su día a El Confidencial.
El último capítulo en esta agria polémica lo ha protagonizado una productora danesa que afirma en un documental que en nuestro país se presentan cada día unas 350 denuncias por maltrato falsas. Bajo el título “Falsas acusaciones en España”, RVproductions asegura que la legislación española discrimina a los varones y elimina el principio de presunción de inocencia, dado que los hombres denunciados pasan automáticamente por el calabozo. Les ofrecemos un extracto de dicho documental:
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