17 abril 2007

El kamasutra

Las diez posturas más famosas del Kamasutra

El famoso libro del Kamasutra es un antiguo texto hindú creado hace más de 2.000 años que estudia el comportamiento sexual del hombre. Una obra escrita por Vatsyayana (cuyo título completo es Vātsyāyana Kāma-sūtra, es decir, Los aforismos sobre la sexualidad, de Vatsyayana), con rigor e intención didáctica a la que recurren aquellos que pretenden escapar de la monotonía y los verdaderos apasionados del amor.

Y dado que la obra nunca pasa de moda, la página web Urgente24 ha recopilado las 10 posturas más aplaudidas del Kamasutra para dar rienda suelta a la imaginación y a las fantasías de cada uno:

1. El cartero: La mujer está tumbada sobre la espalda, las nalgas en el borde de la cama. El hombre se encuentra arrodillado en el suelo sobre unos almohadones o de pie y la penetra acariciándole los senos. Esta posición puede hacerse también sin el movimiento de vaivén, la mujer atrae hacia ella a su pareja, envolviéndole con sus piernas entrelazadas.

2. La amazona: El hombre se encuentra cómodamente sentado sobre una silla. La mujer se monta a horcajadas sobre él. Mientras que ella hace movimientos de vaivén, él le mordisquea los senos y guía los movimientos con sus manos. Esta posición es original y estimulante.

3. La adoración: Ella a cuatro patas apoyada cómodamente sobre sus antebrazos. Él, de rodillas la penetra por detrás. Esta postura clásica resulta muy placentera para los dos dado que permite un penetración profunda. Procura igualmente al hombre un punto de vista muy excitante, permitiéndole satisfacer sus fantasías de dominación. Algunas mujeres se pueden sentir un poco humilladas con esa postura. A otras puede producirles dolor.

4. La libélula: Ambos tendidos de costado, en un lugar cómodo y flexible, como la cama. Ella de espaldas a él, los cuerpos amoldados... En un alarde de destreza, la mujer pasa su pierna externa flexionada: el hombre la penetra haciendo palanca con la pierna de ella, que se apoya en la cadera de él. Los secretos que el hombre puede propiciarle a su compañera por la cercanía de su oreja son el condimento perfecto para alcanzar el máximo de placer. La penetración llega hasta la mitad del camino, por lo que el goce viene de la mano del deseo de que se haga profunda y estalle en el orgasmo más excitante.

5. La profunda: Esta es una posición de penetración total, de allí su nombre. Con las piernas elevadas y abiertas, ella aguarda a su compañero para calzar sus piernas en los hombros de él, que apoyará sus manos para regular el movimiento. A muchas mujeres puede parecerles complicada, incómoda o dolorosa la visualización de esta postura, pero vale la pena probarla porque ofrece la penetración absoluta y un contacto genital único. La dificultad para besarse y la distancia de los rostros pueden ser ampliamente excitantes para ambos.

6. La acrobática: No apta para cuerpos entumecidos, esta posición puede parecer incómoda, pero si la flexibilidad lo permite puede resultar muy excitante. El se acuesta relajado. Ella se coloca de espaldas a él, flexiona sus rodillas y se inclina hacia atrás, lentamente. Para activar el movimiento necesario para el coito, ella debe levantar su vientre y relajarlo sobre el de su compañero. No tiene más que relajar el resto del cuerpo hasta acabar más cansada que nunca, lo que hace más excitante el orgasmo. Según el Kamasutra muchas de estas posiciones están tomadas del hatha yoga, por lo cual pueden resultar difíciles para los no iniciados.

7. La hamaca: El hombre está sentado (preferentemente en una superficie dura, no la cama), con las piernas flexionadas y se toma la parte posterior de sus rodillas. De esta manera, recibe a la mujer, que se acomoda en el espacio que queda entre las piernas de él y su tronco. El presiona con las rodillas el cuerpo de su compañera, la atrae hacia el suyo provocando el vaivén de ambos mientras, por ejemplo, le besa los pechos que están a la altura de su rostro. Una sensación única que recuerda el tierno ir y venir de las hamacas de la infancia.

8. El sometido: El hombre se acuesta cómodamente entregando su placer a la voluntad de su compañera. Aprovechar este juego de sometimiento masculino puede ser un estimulante total para ambos: el encuentro puede empezar con caricias y besos de ella a él, que permanece siempre en la misma posición, para terminar en la penetración profunda que permite la posición, donde ella se coloca de espaldas y controla los movimientos ayudándose de los brazos. Muy erótico para el hombre resulta que ella asome su rostro por sobre su hombro.

9. La somnolienta: La mujer se tiende de costado y el hombre se ubica en su espalda. Ella estira una pierna hacia atrás y la enrosca en la cintura de él. Ideal para hombres dotados y mujeres flexibles, 'la somnolienta' cumple varios anhelos de las mentes fantasiosas: en primer lugar, que ella esté de espaldas a él, y al mismo tiempo acceda a su rostro y cuello. La apertura de la pierna posterior de ella y el abrazo de esa misma pierna alrededor del compañero es quizás lo más sexy de esta postura.

10. La catapulta: Elevar las caderas, en el caso de las mujeres, es una valiosa fuente de placer, ya que pone en contacto con el cuerpo del hombre áreas de su cuerpo que, en posiciones más tradicionales, no se tocan. En este caso, el hombre se arrodilla y recibe a su compañera dejando que ella apoye los glúteos en sus muslos. La mujer puede extender sus piernas en el torso del varón o flexionarlas apoyando las plantas de los pies en su pecho. El ritmo lo marcan juntos, acorde al deseo de ambos y a la flexibilidad de la mujer.

1 comentario:

Buy Viagra dijo...

Bonita historia, gracias por compartirla!