29 julio 2007

El Honor de los Borbones


@Juan Carlos Escudier - 28/07/2007


Como se presumía, el caso del secuestro judicial de El Jueves a cuenta de una viñeta de los Príncipes en pleno y corporal ayuntamiento sigue coleando, dicho sea con el debido respeto. El escándalo se ha reavivado por los comentarios del senador del PNV Iñaki Anasagasti, que ha escrito en su blog de Internet que los miembros de la Familia Real son impresentables, intocables y curran menos que el ángel de la guarda, ese ser alado que nunca está cuando se le necesita.

Conjurados en darle la razón en lo segundo, varios dirigentes del PSOE y del PP han salido en tromba en defensa del monarca, al que toda la polémica le ha pillado casualmente de vacaciones en Mallorca. El comentario más jugoso ha sido el de Ángel Acebes –si este hombre no existiera habría que inventarle-, para quien la zafiedad de la viñeta no justificaba el “error” de secuestrar la revista porque “perjudica la libertad de expresión”; pero, en cambio, lo de Anasagasti le ha parecido intolerable, y le exige que pida perdón y rectifique, o que le obligue a ello su partido. En definitiva, que puestos a elegir, siempre será mejor dibujar una coyunda regia que llamar pandilla de vagos a nuestros borbones.

Intocable o no, lo cierto es que la figura del monarca se ha abrillantado tanto con sidol que refulge y que, además de estar constitucionalmente por encima del bien y, dada su inviolabilidad, sobre todo del mal, lleva asociada una utilísima cortinilla, de manera que para lo inconveniente siempre se ha podido correr un tupido velo. Con la moneda al viento, siempre le sale cara: el ReyTejero fracasaba antes de lanzar su mensaje a las cinco de la madrugada, sino que lo abortó con mano de hierro; el Rey no se pasa más de dos meses al año de vacaciones públicas entre Mallorca y Baqueira sino que es un deportista; el Rey no dice cosas inadecuadas sino que se salta el protocolo por campechano y buena gente. Y así. no fue impuesto por el dictador, sino que trajo la democracia; el Rey no se aseguró de que el golpe de

Salvo contadas excepciones, la Prensa jamás se ha cuestionado el papel del monarca porque a la Casa Real no le gustan las bromas, como bien saben los departamentos de publicidad de los medios. Hemos construido un mito en blanco y negro y con voz en off de Victoria Prego. Por cierto, ¿podría explicar alguien qué otro camino que no fuera la democracia plena tenía este país en 1975? ¿Acaso, entre la democracia y la monarquía feudal al estilo afgano, el Rey optó por la primera dada su pasión por la soberanía popular?

Quizás, para entendernos, fuera conveniente reducir a términos estrictamente económicos y comerciales la pervivencia de esta institución medieval, que mantiene unos derechos históricos tan trasnochados como los que el senador reclama para el pueblo vasco. Dicho de otra forma, lo pródiga prole borbónica y sus adosados griegos nos salen por un ojo pero estamos dispuestos a asumir el coste si obtenemos la rentabilidad suficiente. Lo de tener un Rey viste mucho, y las bodas, bautizos y comuniones de la familia, además de darnos un toque retro muy elegante, resultan unas magníficas campañas de publicidad en un país que vive del turismo.

Y como el que paga manda, va siendo hora de que se nos den cuentas de adónde va nuestro dinero y qué servicios se nos presta a cambio, porque está muy feo enterarse de que a un señor que le damos un sueldo para que ponga su firma en las leyes tiene un propio a su servicio, que se llama pendolista, al que salen unos garabatos idénticos, lo que le permite, mayormente, tener el don de la ubicuidad.

Los clientes, o sea, nosotros, queremos saber en qué invierten su patrimonio el Rey, el PríncipeMarichalar, si compran acciones de Endesa o de Telefónica, o si tienen deudas con algún primo árabe, y nos parece fatal que unos empresarios regalen al monarca coches de lujo y yates de primera división oceánica porque, aunque sabemos que por naturaleza es incorruptible e intachable, las tentaciones las carga el diablo. y hasta

En resumidas cuentas, que como los contribuyentes abonamos la fiesta a escote exigimos saber cuántas botellas de champán se ponen en la mesa. Y si alguien quiere hacer chanza del maitre, siempre que no mancille su honor, que la haga, dicho sea, claro está, con el debido respeto.

22 julio 2007

La censura de los Borbones

Hay que ver la que se ha montado con la jodida viñeta de El Jueves en la que aparecen los príncipes copulando. Ha debido de sentarles muy mal para que el juez Juan del Olmo secuestre (¿pedirá rescate?) la revista. Joder, encima de tener que aguantar a estos parásitos ni siquiera vamos a poder mofarnos de ellos…¿no será que no son felices con lo que les pagamos?. A mí no me importaría tener su “sueldo” y su “casita” si eso supone tener que ser caricaturizado de esa guisa…¡¡dónde hay que firmar!!

En fin, no vamos a reproducir aquí la polémica portada, porque ya debe haber miles de personas que lo están haciendo…y porque, ¡¡imaginad que nos chapan la web!! ¿Qué sería de vosotr@s si la audiencia nacional nos cierra el chiringo? En vez de eso nos hemos remontado al pasado…a los años 1.868-1869, donde nos encontramos un libro de ilustraciones erótico-satíricas de Gustavo Adolfo Bécquer (guión) y su hermano Valeriano (dibujos). El libro se llama Los Borbones en Pelota, firmado bajo seudónimo por sus autores (por la cuenta que les traía), y en él se puede ver a la reina Isabel II follando con toda la corte (¡¡e incluso practicando zoofilia con un burro!!). Así que ya veis que esto de dibujar a los borbones pasándoselo bien no es ninguna novedad, aunque los hermanos Bécquer fueron mucho más lejos que la inocente portada de El Jueves. Por cierto, la Biblioteca Nacional tiene las ilustraciones que quedan de la colección.

Para ir abriendo boca, ahí va una de las caricaturas de Isabel II en plena orgía palaciega :

19 julio 2007

Marujeos de la Telebasura

Los lapsus de Tárrega y las luchas en el barro de Patiño

@Nacho Gay - 19/07/2007




Últimamente se han puesto de moda las frases célebres. No importa que uno no haya leído nada de Voltaire o Goethe, lo realmente imprescindible para estar en la onda es memorizar un par de máximas con enjundia y utilizarlas de prestado y por doquier, metiéndolas con calzador en cualquier conversación. Como dijo Confucio...

Los programas del cuore, máximo exponente de la posmodernidad, están intentando adaptarse a esta nueva tendencia. A su ritmo, eso sí. De momento, se las inventan: “La credibilidad es algo que no se compra en el Corte Inglés” (Pipi Estrada, el viernes en Dónde estás corazón).

Otros más rigurosos citan la fuente, pero en lugar de inspirarse en la prosa cervantina lo hacen en el verbo acerado de alguna poetisa contemporánea: “Como dice Ana Obregón, comerse un yogurín de vez en cuando le arregla la vida a cualquiera” (Emilio Pineda, el martes en Está Pasando). Y hay alguno que, sin saberlo, está sentando escuela: “No hay mejor dieta que el hombre de tu vida, que estás loca por él aunque no te des cuenta, ante la aborigen y tal, te diga que te deja” (Cristina Tárrega, mujer aborigen sumida en una vorágine -que es lo que ella quería decir- de ideas).

Con la llegada del periodo estival, los programas dedicados a la crónica social, con o sin frases celebérrimas, han dado un golpe de estado y se han hecho definitivamente con el grueso de la programación. O lo tomas o lo dejas. Y si lo tomas lo acabas cogiendo el punto, porque la televisión de nuestro tiempo es pura chabacanería, un invento “que permite que seas entretenido en tu salón por gente que nunca tendrías en casa” (David Frost, presentador británico). Como pueden observar, El Confidencial también está en la onda.

El problema fundamental surge cuando ellos mismos, los que nos han de entretener, no entienden cuáles son sus verdaderos menesteres. Y eso le pasó el otro día a María Patiño, que dio la espantá en Dónde estás corazón cuando los espectadores nos empezábamos realmente a divertir. María es de esas periodistas torpes que suelen morder la mano de aquellos personajes que le dan de comer; una de esas alcahuetas que reprochan a los famosos que se sienten frente a ellas a contar sus miserias. Pero el pasado viernes, Bárbara Rey -más bárbara que nunca- se encargó de cantar las cuarenta a la joven periodista, que esa noche jugaba sin cartas.

Ante las repetidas embestidas de la 'mujer-yugular', Bárbara no se achantó, sacó las garras -con razón se casó esta señora con un domador- y amenazó a su interlocutora con contar algún que otro detalle de su vida privada. Patiño no tuvo más remedio que darse a la fuga, por miedo a sabe Dios qué, y entonces soltó su frase para la historia: “Hay una cosa que mis padres me enseñaron desde pequeña, que es la dignidad [ejem, ejem], como si no cobro este programa, [...] que esta señora continúe con el show, pero María Patiño, que ayer se acostó muy tarde para preparar esta entrevista, se marcha del plató”.

Por fin los programas del corazón comienzan a ser verdaderamente entretenidos, ahora que un afortunado golpe de viento está cubriendo de mierda a los contertulios chafarderos. Jorge Javier Vázquez en el Europride enseñando la 'raja del tomate', Patiño en el coso de Antena 3 rebozada en harina por Bárbara Rey... Y es que no hay dicho popular más célebre que aquel que afirma que todo lo que va siempre vuelve (anónimo).


Lo que hay que ver

Si vuelve a ir Bárbara Rey a algún programa del cuore, no se preocupen que nosotros les avisamos. Mientras esto no ocurra, eviten cualquier espacio de esa naturaleza y entréguense al cine, aunque sea con publicidad de por medio, qué le vamos a hacer. El viernes, en el contenedor ‘Hazte un cine’ (2:00) Cuatro emite Mediterráneo, estupenda comedia italiana de Gabriele Salvatores que ganó el Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa en 1991. Y el martes que viene, a horas menos intempestivas (22:00), La Primera apuesta por un western de John Ford, El sargento negro, en su espacio retrospectivo ‘Inolvidables del cine’.

Y recuerden que siempre pueden apagar el aparato y seguir los consejos de Groucho Marx: “Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”. ¡Toma frase célebre!

07 julio 2007

Este pais de mierda

Mientras que los gitanos hacen rallys por las calles impunemente y a los asesinos les ponen escoltas, a otros les detienen como si fuesen los peores delincuentes del mundo

Esto es copia de un articulo de
Banda Ancha :

Liberado

Web Darketernal BoRr@sS cerrado por causa judicial

por Liberado el sábado, 07/07/07 13:02 h.

Si bien hace unos días contábamos el cierre por causa judicial de Darketernal, hoy tenemos más detalles acerca los hechos acaecidos últimamente sobre el cierre de esta página web.

El Lunes día 25 de junio el administrador de esa página web, BoRr@sS, fue detenido por la Policía Nacional en la puerta de su casa por delito contra la propiedad intelectual.

El dice que se esperaba que algún día la INJUSTICIA llamase a su puerta, pero que no esperaba que fueran 9 policías los que con una orden de registro entraran en su vivienda para registrarla.

Comenta que pensaba que algún día vendrían no porque él hiciera algo malo, sino porque igual que ya se había cometido otras injusticias con cierres de paginas similares a las suyas, se imaginaba que algún día le tocaría a él.

En el registro efectuado por la Policía Nacional se encontraron tres discos duros, un ordenador portátil y tres o cuatro pendrive.

Se le acusaba de delito contra la propiedad intelectual y según ellos de ser el pirata informático número uno de España.


Personalmente pienso que BoRr@sS no es un pirata, sino una persona con muchas ganas de ayudar, caracterizada por sus ganas de compartir cosas con los demás. Un altruista. ¿Quién no conoce el Todo en Uno? Cualquiera con una obra maestra de esa clase se hubiera llenado los bolsillos de dinero, en cambio él nunca ha pedido dinero a nadie por éste, siempre lo ha compartido con la gente sin mas interés que la paz consigo mismo por haber ayudado a los demás y hacerles la vida un poquito más fácil.

Para que quede claro, BoRr@sS ha estado detenido desde las 4 o 5 de la tarde, del lunes 25 de junio, hasta el miércoles 27 a las 3 de la tarde.

¿El motivo? Por 3 discos duros, un portátil “nuevo” y unos pendrive. Para los que os preguntéis, ahora falta saber el contenido de los discos… BoRr@sS afirma que los discos estaban vacíos o casi vacíos y que el contenido de dichos discos no era nada que cualquier usuario de un PC no tenga. Algunas aplicaciones, unos pocos mp3 y poco más.

Cuando he preguntado a BoRr@sS que como es que el pirata numero uno de España no tenía nada más que eso, me ha respondido:
Se trata de compartir, no de coleccionar.

¿Qué esperaban encontrar? ¿Un alijo de decodificadores de canal satélite? ¿Millones de copias piratas? ¿Muchos ordenadores y muchos discos duros llenos de material ilegal? No lo sé, pero lo que no entiendo es porque lo tuvieron tantas horas encerrado.

Bueno continúo dando datos. Cuando soltaron a BoRr@sS procedieron a llamar a la empresa de dominios para pedir el cierre cautelar de las paginas y los servidores de BoRr@sS.

Pregunte a BoRr@sS qué contenían esos servidores que la policía tanto quería y su respuesta fue que no lo sabía, que el mismo estaba sorprendidísimo ya que cree ciegamente que los servidores estaban prácticamente vacíos o vacíos del todo y que en lo personal piensa que como lo tenían como al mayor pirata de España, igual creían que ahí tenía cosas ilegales.

BoRr@sS por esa parte está tranquilo, pero la verdad es que no deja de ser un chaval de 25 años que no había cometido ni un delito en su vida y lo han tenido dos días encerrado junto a delincuentes que de ahí entraban en prisión por distinto tipo de delitos.


Le pregunté por el trato que le habían dado y su respuesta fue que agradecía mucho el trato que le había dado la policía de valencia, pero que la de Madrid no se había portado muy bien con él. Lo dejaron todo lo que pudieron encerrado como a un delincuente cuando podían haberlo llevado ante el juez 24h antes.

Hay que destacar que todo el tiempo que estuvo encerrado lo paso sin comer y sin beber apenas agua. Lo ha pasado realmente mal.

Para colmo de males le han cerrado lo que el mas amaba, su web y su foro, su gente.

Pero Internet no se ha quedado callado ante tal injusticia y todo el mundo está hablando del tema y mostrando su inconformismo por este acto de INJUSTICIA.

Si queréis poneros en contacto con nosotros para colaborar, podéis hacerlo en la dirección de correo electrónico borrassayuda@hotmail.com donde os podrán indicar las formas de ayuda económicas que están disponibles, puesto que su abogado le pide grandes cantidades de dinero para ejercer su defensa. También se pide la colaboración para comentarlo en todos los foros/blogs posibles de forma que se difundan de la mayor manera posible estos hechos entre la comunidad internauta.


Vida y muerte en el Yemen



En la foto estoy exactamente en ese lugar: junto a la tapia de hormigón que marca el recinto del Templo de la Luna y del palacio de Balkis, la mítica reina de Saba que enamoró a Salomón. Del conjunto, que está en las afueras de la ciudad de Marib y que debió de ser impresionante, sólo quedan en pie cinco pilares y un montón de piedras a las que los arqueólogos van quitando el polvo, una por una y año tras año. El kandingo, en esa foto, lleva en la cabeza la famosa mashada, el pañuelo blanquinegro o blanquirrojo que todo el mundo usa en el Yemen y que los palestinos llaman kuffiya. Ahí mismo, exactamente en ese lugar en el que el Kandingo luce ese desternillante aspecto de guiri disfrazado de árabe, un coche bomba mató el otro día a siete turistas españoles. El Kandingo se quedó helado.

El Yemen es el país musulman más hermoso que el kandingo ha visto en su vida. Eso sí, la gente está un poco p’allá, dicho sea sin ánimo de generalizar y con un sentido no exactamente peyorativo. Allí, en cuanto un mocito llega a la edad en que empiezan a salirle pelusas sobre el labio superior, le regalan la yambía: un cinturón del que cuelga un puñal de hoja curva y mango de asta. No se lo quitará en su vida nada más que para dormir. Es la “seña de identidad” de los yemeníes. Con eso está dicho todo.

Con eso y con que, en un país de apenas veinte millones de habitantes, hay unos 70 millones de fusiles AK-47, el célebre Kalashnikov. Comprendan ustedes cómo se siente uno al llegar por primera vez a un país en el que hay más fusiles ametralladores que calcetines. Pero, pueden creerme, no son gente de carácter violento. Hombre, con tanta artillería en casa es fácil que, en las discusiones, rara vez se llegue a las manos: pasan directamente al tiroteo, lo cual, si bien se mira, no deja de ser una manera de ganar tiempo. Por eso sorprende la escasísima cantidad de incidentes violentos que se produce en el país.

Son gente de natural pacífico y sonriente que le echa a la vida, sobre todo, imaginación. Mejor dicho: imaginación y qat, una planta de propiedades alucinógenas que ha exterminado en pocos años el cultivo del café y que casi todo el mundo lleva en la boca, hecha una bola. Así se ríen como se ríen por todo e inventan las soluciones que inventan para los problemas más variados. Véase, por ejemplo, el caso de la vivienda. Yemen es un país de recursos limitados y que tiene un índice de natalidad extraordinariamente alto. Así que, cuando los niños crecen y se casan, ¿dónde se van a vivir? Muy fácil. Se junta toda la familia, suben al techo del edificio y levantan un piso más. Así durante generaciones. Si van ustedes a Sana’a, la capital, comprobarán que las calles de la enorme zona antigua están llenas de edificios cuya planta baja es del siglo XIV o XV, y la de arriba del todo (octava, novena, décima planta)… la están terminando de encalar. Pero eso se termina viniendo al suelo, dirán ustedes. Bueno, pues no es así. No tengo ni idea del motivo, pero las casas no se caen. Quizá porque están pensadas con una idea muy semejante a la de nuestro Gótico: hay más ventanas que pared, y todas las ventanas llevan sobre el dintel el típico luneto de medio punto, calado y decorado con unas celosías y unas vidrieras que quitan el hipo. Tan sólo en mi catedral de León he visto yo vitrales más hermosos.

Y eso de las casas “crecientes” se hace lo mismo con piedra (en la zona norte del país, con unas montañas lunares que asombran) que en la sureste, donde se usa el adobe. La ciudad de Shibam la Grande deja sin respiración dos veces a quien la visita. La primera, al ver el espectáculo de una ciudad de rascacielos (once pisos y más) hechos de adobe. La segunda vez que uno deja de respirar es cuando pasea por sus calles: no hay quien soporte el olor a mierda. Mierda muy variada, además: reciente, añeja, humana, ovina, caprina, con moscas, sin moscas…

En Yemen está el desierto más hermoso del mundo: el Ramlat as Sabatayn, el que atravesaron –dice el guía– los Reyes Magos de camino a Belén. Un desierto mágico que cambia de forma y de color cada diez minutos y cada cinco kilómetros. En ese desierto en el que vagan manadas de camellos salvajes comenzó el odio brutal, inextinguible, definitivo, que hoy siente El Kandingo hacia el Trío Los Panchos. Nuestro guía, el inolvidable Abdul, era yemení pero del Sur, de la zona que fue “romanizada” durante un buen número de años por los soviéticos. Los sureños son mucho más cultos y cosmopolitas que los del norte, que siguen viviendo y pensando como las cabras; y así, Abdul tuvo la oportunidad de estudiar lo que él quería, Prótesis Dental, en La Habana de Castro. Aprendió español, volvió a su tierra, se empleó como guía turístico y, cuando nos llevó a atravesar en jeep los casi 600 kilómetros del desierto de los Reyes Magos, obsequió a sus clientes españoles con la audición ininterrumpida de las cuatro cintas de casette que tenía de Los Panchos. Cuatro cintas y ni una más. Pasó cada cinta unas veinte veces. Cara A y cara B. Eso explica que, desde entonces, cada vez que El Kandingo escucha aquello de Si tú me dises ven / lo dejo todo, se le inyectan los ojos en sangre, prorrumpe en denuestos impublicables y suerte tiene el mundo de que sólo en el Yemen haya tanto kalashnikov.

En Yemen no son musulmanes. Son, como dirían Les Luthiers, muy sulmanes, sobre todo en el norte sin romanizar por los rusos. El Kandingo ya ha contado aquí cómo estuvo a punto de ser literalmente lapidado por una jarca de mocosos mugrientos, todos de nueve o diez años, que empezaron a tirarle piedras al grito de Ramadan! Ramadan! cuando le vieron fumando en la calle en pleno mes santo del Islam. Abdul me salvó la vida metiéndome de un empujón en la tienda de souvenirs donde estaban mis compañeros. Yo traté de explicarle que, al no ser musulmán, lo del Ramadán no me atañía.

–Tú no entiende, tú no compriende, amigo Kandingo –resoplaba Abdul, nerviosísimo–, ¡esto es Yemen!

Tienen el mismo presidente desde hace treinta años, Saleh se llama. Para qué lo van a cambiar si todo el mundo sabe que ese señor no sirve para nada, que sólo manda en la capital y unas pocas provincias más: el resto del país está en manos de jefes tribales que hacen lo que mejor les parece, que tienen sus propios ejércitos, policías y controles de carretera. Estos hacen la misma función que aquí los peajes de las autopistas: en casi todos hay que pagar. Claro que lo de allí no son exactamente autopistas…

El Kandingo visitó el impresionante valle del Wadi Dohan, al sureste. Si en Madrid el apellido más común es García, allí lo es Bin Laden. Es la patria chica de la inmensa familia. También tiene el Kandingo una foto allí: se la hicieron en una carretera en construcción perpetua (todo el Yemen está “en obras”: sería el paraíso de Gallardón) en la que hay una valla que anuncia, en árabe y en inglés, que la empresa concesionaria de la inexistente carretera es el “Bin Laden Group”. Y tan frescos se quedan.

Tienen, eso sí, un ministro de Turismo. He creído siempre que es el alto cargo más vago del mundo. El año en que yo fui, habían pasado por el país (estábamos a finales de noviembre) unas 15.000 personas. Y había sido un año magnífico. Ahora que un hijo de su madre, fanatizado por clérigos analfabetos que creen en dioses sin misericordia, ha hecho volar en pedazos a un grupo de turistas que visitaban los mismos lugares que visitamos nosotros, que iban en coches como los nuestros, protegidos por policías idénticos a los que nos escoltaban a nosotros, y que sin duda estaban tan maravillados como yo lo estaba –y lo estoy– por la inacabable belleza del país, es probable que ya nadie más viaje hasta allí. Me pregunto quién sale ganando con esa atrocidad. El pobre y escuálido niño que, junto al Templo de la Luna, en Marib, me vendió dos kilos de mandarinas por dos euros (y que me miraba convencido de que yo era idiota: ¡aquella fortuna por unas mandarinas!), seguro que no.

Ya nunca más repetiré a nadie mi constante recomendación para que visite el Yemen. Es inútil. Cuando en el camino hacia tanta belleza se interpone el fanatismo, el analfabetismo religioso (de cualquier religión), no hay nada que aconsejar ni nada que razonar. Toda idea, toda iniciativa humana muere ahí. Qué triste día aquel en el que el hombre inventó los dioses para tener poder sobre la ignorancia de sus semejantes y justificar, en nombre de esa invención, sus peores locuras.