19 junio 2008

Sentencia demencial

Una mujer en paro deberá ayudar a pagar la pensión de la hija de su pareja


- Un juez de Girona dicta una sentencia sin precedentes en España.


- El magistrado considera que el subsidio de desempleo que cobra la mujer forma parte de los ingresos de su pareja y padre de una niña.

- Juan Luis Rubio, presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados de España, tacha la sentencia de "machista".


Una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Girona ha establecido un precedente inédito en España: las nuevas parejas de los hombres divorciados deben contribuir a pagar la pensión alimenticia de los hijos de ellos, según cuenta el diario EL PAÍS.


La nueva pareja del padre cobra 900 euros del subsidio de desempleoElena Porras, de 37 años y en paro desde el mes de marzo, debe ayudar a pagar la pensión de la hija de su novio Rafael Zarzo después de que la ex mujer de éste presentase una demanda de divorcio. El juez obliga a Porras a "coadyuvar a la sufragación de la pensión" de la hija de cinco años de su novio cuando ni siquiera viven juntos.


Separado desde 2004, Rafael Zarzo gana 900 euros como empleado de mantenimiento y otros 300 euros brutos como árbitro. Su ex mujer tiene un empleo mejor retribuido: 2.000 euros brutos al mes pero le reclama una pensión de 300 euros al mes. Porras cobra 900 euros del subsidio de desempleo.


El juez otorga la custodia a la madre, con el argumento habitual de que la pareja no tiene una relación fluida, y sentencia que el padre ha de seguir pagando los 240 euros que pactó con su ex mujer en el momento de separarse, aunque en la sentencia alude en dos ocasiones a los ingresos de la nueva pareja de esta manera: "Otro ingreso con el que cuenta la parte demandada es la retribución que percibe su pareja sentimental y que el propio demandado cuantificó en unos 900 euros al mes".


Más adelante, el juez rechaza el argumento del padre de que no puede asumir el pago de la pensión porque tiene nuevas cargas, pero añade: "Sí debe ponderarse, por el contrario, que la parte demandada no sólo cuenta en la actualidad con su nómina, sino que su pareja sentimental también obtiene ingresos que coadyuvarán a la sufragación de la pensión".


"El juez no está en sus cabales"


"Sinceramente, creo que el juez no está en sus cabales, porque si no, no se entiende", explica Juan Luis Rubio, presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados de España. La entidad agrupa a 22.000 hombres y hoy tiene previsto dirigirse al Consejo General del Poder Judicial para solicitar que se abra una investigación al juez.


"Es un razonamiento absolutamente machista porque considera el sueldo de ella como ingresos de él y perjudica a ambos por igual. Creo que las asociaciones feministas deberían decir algo", apostilla Rubio.


Con sentencias como estas se demuestran varias cosas:

- Que la justicia es un cachondeo

- Que algunos jueces deberian de estar picando piedra, no en los juzgados

- Que los hombres vamos de culo

- Que es mejor no rehacer la vida con otra pareja porque, si esa mujer trabaja y tiene ingresos, a lo peor tiene que subvencionar la pensión de la "ex" y de sus hijos

- Que todo es una puta mierda

10 junio 2008

La tonta del bote

Aído habla en su primera comparecencia en el Congreso de “ministros y ministras”, “miembros y miembras”
La ministra de Igualdad, Bibiana Aído (i), junto a la presidenta de la Comisión de Igualdad, Carmen Calvo

“Miembros y miembras de esta comisión”… Patada al diccionario de la ministra de Igualdad en su primer discurso ante el Congreso con el que se dirigió a sus ‘señoríos diputados’ y ‘señorías diputadas’. Feminista, roja (el color del vestido que ayer eligió para su primera comparecencia en el Congreso) y orgullosa de encabezar el primer Ministerio de la Mujer, perdón, de la Igualdad de España. Bibiana Aído pasó ayer su bautismo de fuego en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo, dando sobradas muestras de lo metida que está en su nuevo traje institucional en la lucha porque la igualdad de hombres y mujeres sea “una de las grandes fortalezas de nuestro país”, según Aído.
Una lucha que esta particular heroína ha decidido comenzar por el propio lenguaje, aunque sea cambiando los usos habituales del vocabulario político. Así, a partir de ahora, lo ‘periodistos’ y ‘periodistas’ nos referiremos a las reuniones de los viernes en La Moncloa como los “Consejos de Ministros y Ministras” y regaremos nuestras crónicas de un montón de “las” y “los” (las féminas siempre por delante, por supuesto), de “todas y todos” o de “ellos y ellas”.
Todo sea por estar en consonancia con la nueva moda de género impuesta desde el Gobierno, como ejemplificó ayer la propia ministra. He aquí unos ejemplos de su propio discurso: “El informe de evaluación de los tres años de la Ley Integral se presentará a finales de mes en el Consejo de Ministros y Ministras”; “Serán políticas diseñadas con la participación real de las y los jóvenes y en permanente diálogo con ellas y ellos”; “Es una verdad celebrada y compartida por todos y todas…”

Plan integral sobre la masculinidad”

Aído explicó que trabajará “sin descanso” para “reforzar la cultura política de la igualdad”, algo que, según la ministra, “es una de las grandes fortalezas de nuestro país”, un objetivo que “amplia y mejora la calidad de la democracia”. Todo parece empezar en un cambio de discurso y está por ver que vaya más allá, pues el ‘supermediático' Ministerio de la Igualdad cuenta con más ganas que recursos disponibles (43 millones de euros de aquí a final de año).
Su principal objetivo será combatir la violencia de género con medidas como “una actuación integral sobre la masculinidad y los hombres” y que supondrá, entre otras cosas, la puesta en práctica de una nueva línea telefónica a la que podrán recurrir los varones cuando quieran desfogarse de sus impulsos más violentos. Según Bibiana Aído, el nuevo servicio “ayudará a canalizar su agresividad, en vez de recurrir a la violencia”.
Rodeado de todo su equipo, compuesto exclusivamente de mujeres, Aído explicó sus líneas maestras para esta Legislatura, como la ampliación del permiso de paternidad a un mes, la nueva Ley de integral de igualdad de trato, la mejora de las condiciones laborales de las personas que se dedican al servicio doméstico o la creación de un monumento que recuerde a todas las víctimas de la violencia de género. La única voz crítica fue la de la popular María Sandra Moneo Díez, quien le recriminó la falta de actuación de su Departamento y, sobre todo, el escaso presupuesto del Ministerio, porque "las políticas de igualdad necesitan algo más que símbolos y gestos mediáticos".


EL KANDINGO OPINA



Que Zapater@ haya hecho miembra de su gabinete (gabineta, gabineto) a este (esta, esto)espécimen (especimena, especimeno) de la infrafauna del PSOE para regir un ministerio inútil (inutila, inutilo) es una patada al sentido común, a nuestro bolsillo y me sienta como una patada en mis mismísim@s co...es (co...as,co...os). ¿C.ño o c.ña?

Ha conseguida que crea que una mujera pueda ser mas estupida y petulanta que cualquier hombre. Una gran triunfa del hembrismo redentor.


Otra ignorante mas a incorporar a la colección de ministras inútiles de este inútil Gobierno que nos desgobierna.


¿Ninguna referencia a los idiotos e idiotas que pueblan España?Raro, raro, raro...


A principio de año pudimos leer: "La Plataforma de Apoyo al Lobby de Mujeres considera machista el latín para sus miembras y jóvenas". Que toda una ministra del Estado Español pisotee y se mofe de las reglas idiomáticas de conversación es simplemente una estupidez. Como ciudadana hable como le de la gana, pero como ministra defienda el uso correcto del idioma. Ya sabemos que es amiga de la "jóvena" Carmen Romero pero en el Congreso en el Gobierno,!por favor sea amiga del sentido común¡. !No abuse de los socialistos¡






05 junio 2008

Otra de moros

ARTICULO DE CARLOS HERRERA


Un grupo –ignoro si muy nutrido– de musulmanes residentes en comarcas leridanas como Segarra o Urgell y, al parecer, también en la propia capital, se han dirigido a sus respectivos ayuntamientos para exigir que las piscinas municipales segreguen debidamente a los hombres y a las mujeres o para que, al menos, exista un horario especial mediante el cual las mujeres musulmanas, las suyas, puedan bañarse al abrigo de miradas de hombre alguno, musulmán o no.
Ante este mensaje medieval, coherente al fin y al cabo con el islam teórico y con sus prácticas sociales en los países en los que impera, algunos alcaldes se han adelantado a responder muy educadamente que no es posible ya que la Constitución no permite ese tipo de segregaciones y que lo más que pueden hacer es limitar esa separación a los vestuarios.
El de Cervera, localidad en la que se escenifica la Pasión de Cristo cuando llega la Cuaresma en el espectacular teatro que construyó el propio patronato y que sigue siendo un modelo de buen trabajo y de mejor tradición, fue el primero en decir que no, que muchas gracias por la sugerencia (si pueden, por cierto, no descuiden conocer ese pueblo, su universidad, sus murallas, la Paería, la iglesia de San Antonio, merecen una visita: gente buena y ‘ferma’ como su tierra).
Inmediatamente algunos malpensados han comenzado a elucubrar lo que ocurriría si algún día un musulmán obtuviera una alcaldía en las comarcas del Segre: a no ser que lo impidieran determinados resortes legales, nos tendríamos que tragar dobladas sus pretensiones. ¿Es ese un escenario posible? Gran pregunta sin respuesta clara y determinante.
A tenor de la alianza de civilizaciones que, por lo visto, tenemos que tejer con elementos de este jaez, valdría aventurar que el envalentonamiento y descaro con el que plantean reivindicaciones, que ni por asomo contemplarían a la inversa en sus lugares de origen, viene consentido de largo por la actitud tolerante de muchos partidarios del multiculturalismo.
Efectivamente, desde la descerebrada y anacrónica exigencia de estos colectivos de musulmanes, ninguno de los severos líderes sociales que tanto velan por laicismos militantes y otras muestras de anticatolicismo, ninguno, ha abierto su boquita de piñón.
Supuse, desde mi ignorancia definitiva, que un alud de asociaciones feministas saltarían de sus asientos de milimétricas observadoras del match diario que juegan hombres y mujeres en la sociedad para ensordecernos a todos con su protesta firme y tajante. Pues menudo chasco. Ni una. Pero es que ni una. Ninguna de estas valerosas gudaris de la igualdad ha mostrado su solidaridad con las mujeres musulmanas que tienen que bañarse con hábito y a las que pretenden encerrar en una alberca solitaria para que remojen sus carnes al atardecer.
Son culturas con tinte atávico que irán transformándose a medida que convivan con la realidad de occidente, piensan. O deben pensar. ¡Y una mierda! Más tiempo llevan en Francia y la imposición del velo sigue sin resolverse a pesar de la determinación inapelable del Estado francés.
Cuando los colectivos musulmanes exigen que, por ejemplo, no se les pueda practicar cacheos corporales, que se retoquen leyes del ruido para poder expandir el llamamiento a la oración en barrios enteros, que se creen tribunales especiales y voluntarios para juzgarles según la arcaica Shariah de la que tenemos alguna noticia ya o crear un criterio ‘Rushdie’ de la justicia y poder actuar enérgicamente contra los que critican el islam –por ejemplo, este artículo–, están soliviantando la progresión hacia la justicia y la igualdad que emprendió occidente cientos de años atrás. Si no se es tajante en la defensa de esos valores y se juega con gilipolleces de alianzas, de multiculturalismos, de ‘tolerancias’, de ‘talantes’ y de legislaciones especiales en función de cómo se inclina uno al rezar, estamos perdidos.
Así que espabilen todos esos vigorosos custodios del laicismo. Tienen una oportunidad magnífica para elevar su protesta por las pretensiones de este puñado de majaretas residentes en Lérida. Demuestren su valentía y su celo. A ver si hay cojones, que aún no han dicho ni esta boca es mía.
Y si no, ya sabemos. A bañarnos con turbante todos.